El consumo de azúcar añadido se ha triplicado en todo el mundo en las últimas sesenta décadas. Es el principal aditivo alimentario en la mayoría de los países desarrollados y en vías de desarrollo. Se han producido cambios contemporáneos en el tipo, la cantidad y el comportamiento del consumo de azúcar añadido. La principal fuente de consumo de azúcares añadidos son las bebidas azucaradas. Los niños y los adultos jóvenes también consumen grandes cantidades de aperitivos y dulces procesados. Los refrescos carbonatados que contienen azúcar añadido han ganado popularidad entre la población adulta joven y su patrón de consumo ha aumentado enormemente en las últimas décadas. Una mayor ingesta de azúcares añadidos pone en peligro la calidad nutricional de las dietas al aportar una cantidad significativa de energía sin nutrientes específicos. El consumo de azúcares añadidos suscita preocupación por el aumento de las tasas de afecciones sistémicas. El aumento de la tasa de caries dentales es consecuencia del cambio en el consumo de azúcar. La cariogenicidad de los azúcares depende de la frecuencia y la forma de ingesta, del aclaramiento oral del azúcar y de la concentración efectiva. Promover un entorno dietético saludable y restringir el consumo de alimentos y bebidas con azúcar añadido sería importante para abordar la ingesta excesiva de azúcar añadido, especialmente.